miércoles, 10 de noviembre de 2010

XL MUCHOS AÑOS DESPUÉS LLEGÓ LA GALERNA

LA GALERNA
 
     El verano del 92 estábamos en Santander y muchas tardes me iba con mis hijos menores a Cabo Mayor a ver si venía La Galerna, ni ellos ni yo teníamos muy claro que sería, pero sospechábamos que sería algo terrible y desde el Cabo Mayor, hermoso. Aquí en Luarca cuando hace mal tiempo y me acerco paseando al mar siempre pienso que algún día vendrá la Galerna. Antes de ayer y ayer estuvo aquí.

     En verdad es terrible, y más que terrible es increíble. Muchas veces me habían dicho que el agua saltaba como si tal los espigones, que pasaba por un agujero, un forao, muy alto que hay en el Hozicón debajo del Faro, que el edifico donde está el Miramar se perjudicaba en sus bajos, que el agua saltaba a los muelles y antiguamente también los barcos, cuando eran más chicos los espigones que cierran el puerto. Quitando lo de los barcos, lo otro ya lo he visto

     A falta de Cabo Mayor fui a verla desde Cabo Busto, que no está mal. Es inimaginable que el agua pueda moverse tanto, con esa bravura y sin descanso, es una lástima ver tanta energía desperdiciada. Es bestial que la costa resista lo que aguanta.

     No es fácil para mí estimar la altura de las olas pero por las rocas que cubrían y descubrían en su camino hacia la costa, y por los espigones que rebasaban, si podían medir 4 ó 6 metros. Pero lo que más sube es la espuma y la nube, el golpe de ariete contra rocas y muros eleva el agua 10 ó 20 metros como si tal cosa, espectacular. En el suelo del muelle se producían pequeños bufones; los pequeños desagües en el suelo escupían hacia arriba de forma repentina y violenta chorros de agua como un fuente cuando estornuda.

     Los barcos que en el puerto están siempre que parecen clavados en el agua, ayer además de estar todos, lo que es una tranquilidad en pueblos marineros, se mecían tanto como les permitían sus seis grados de libertad/ligaduras, ‘no holónomas' por supuesto. Y las gentes que por lo normal están ausentes, venían e iban, miraban y miraban, esperando la hora de la pleamar, la hora de la apoteosis.
 
     De paso he aprendido, no sé si bien o regular, que marejada es cuando las olas son de tres o cuatro metros, que si es más fuerte se trata de temporal o tempestad, y si los vientos vienen del NorOeste y son de un frente frío se llama Galerna del Cantábrico, que la más terrible produjo 130 muertos frente a las costas mismas en 1878, y Varela la novela en Sotileza. También he aprendido que la Galerna del Cantábrico en realidad fue Gento.



SETAS en LUARCA
 
     El Puente de los Santos, el grupo Estoupo organiza un gran evento con las setas, que resumo. En una exposición en el Casino los niños, maestros y madres presentan trabajos manuales a propósito de setas y de bosques, verdaderamente dignos de ver, también fotos de un fotógrafo local y muy bueno. Una conferencia sobre Setas en peligro de extinción, que cualquiera lo diría, y que la dio un señor que no me explico como puede saber tanto.

     Y lo más bonito es que todo el que quiere y sabe va al campo y se trae setas de las que ve, los técnicos Luis y Enrique, descubren su nombre y comestibiidad y se exponen en una carpa enorme. Sobre tiras muy largas de mesas y sobre un lecho de tierra y verde, se coloca un montoncillo de cada especie de las setas encontradas, una cartela dice su género y su especie y qué pasa si se comen, si está buena, mala o mata. Podía haber 300 ó 400 especies distintas y clasificadas, y la carpa-salón quedaba espectacular.
















EL OTOÑO
 
     Bien. Quitando dos días de galerna y dos o tres de medio lluvia, va benigno. Yo salgo de vez en cuando a buscarle los colores, en bici, andando y en coche y algo encuentro, y como una imagen vale más que más palabras, pues pongo unas cuantas, y acabo esta entrega de bitácora. Hasta la próxima.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 


 


 

1 comentario:

  1. Hola Manuel, soy Rafa, el chico que fue con Samuel y Patxi a Luarca a hacer un par de días con vosotros. Buenos recuerdos. Muy buenos. Estos días pensaba en ti, y le pregunté a Samu si seguías allá en Asturias. Me dijo que sí, y entonces pensé precisamente en si habrías ido al Cabo Busto a ver esos vientos y esos mares embravecidos. Veo que lo hiciste. Yo lo hubiera hecho con sumo placer. Cuando estuvimos allí intenté imaginarme algo como lo del otro día en aquel día de calma chicha que tuvimos. Fue difícil, si no imposible, hacerme a la idea de aquel mar loco por trepar aquellos acantilados... Yo soy del Mediterráneo, y este mar es manso como ninguno, así es que toda fuerza descomunal del mar, me sorprendería.

    Un abrazo muy fuerte desde Andorra.

    http://rafabatallitas.blosgpot.com

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